viernes, 11 de septiembre de 2015

Mi parque favorito

Busqué por toda la ciudad, y te encontré soñando. Sucedió entonces. Y cuentan que cuando sucede, pasa el amor sin tanta algarabía, pero directito al punto más hondo de un alma para embalsamarlo con agua hirviendo de espuma y rosas.

Silencio, luego manos, que tienen la magia de transfigurar todo lo que tocan en manantiales que arden como Yellowstone, luego espaldas que reciben los amaneceres, cálidos y satisfechos, luego oídos que se enamoran irremediablemente de risas, de risas que nada tienen de inocentes, luego piernas que caminan felices por el circo de latidos que provoca el simple gusto, y el olfato, pero sobre todo el tacto, porque me gustaba tocarte más que haber vivido.

Me bebí de todo, me extasié de todo, te quise de todo a todo.

Y sí pasas en forma de parvada sobre el mar, te ofrezco tempo, cadencia, calor y seda en cada cónclave de besos que me dejes regalarte.