jueves, 30 de julio de 2009

Poema del Renunciamiento

Este poema me encanta...

Por Jose Angel Buesa


Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.

Pasaras en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte ... y jamás lo sabrás.


Soñare con el nácar virginal de tu frente;
soñare con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñare con tus labios desesperadamente;
soñare con tus besos... y jamás lo sabrás.


Quizás pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amare más que nunca... y jamás lo sabrás.


Yo te amaré en silencio, como algo inaccesible,

como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.


Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-- el tormento infinito que te debo ocultar --
te diré sonriente: "No es nada... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima... ¡y jamás lo sabrás!

lunes, 6 de julio de 2009

Te escribí...

Encontré algo que escribi hace un año...
Septiembre 2008.

Sin apego y con mesura te robé la noche;
esta noche inmarcesible de ternura y mil encantos.
Te cuidé en mi piel sobre la nube de sueños imposibles.
Adorné tu nombre y lo grabé muy cerca del último misterio.
Pinté tus pasos con la antorcha que aún me quema.
Con un suspiro, encontré los colores y las formas más bellas de tu alma.
Haré de tu pecho el más concurrido puerto de gaviotas e ilusiones.

miércoles, 1 de julio de 2009

Una carta para el silencio

Escribo para que llueva, para regalarte la hora de un país lejano,

para hablar de tus ojos a los niños que hacen aviones con sus fósforos,

escribo para soñar tu espalda cuando tenga que dormir.

Escribo para hablar de armadillos con los ancianos que viven

Bajo los puentes, escribo después de la comida;

escribo con mi guitarra, escribo con ritmo de reggae,

con ritmo de pianola; escribo para fumarte,

para llorar en tus piernas, para regresar de una guerra entre fantasmas.

Escribo para que llueva, para dibujar tu nombre en la arena

(para que se lo lleve el mar y naufrague), dibujo para que escribas

y te escucho.

Escribo para jugar tu nombre en una apuesta,

para acompañar a los caballos que corren hacia el mar.

Escribo para hacer de tus recuerdos un dije

que me acompañe en el tráfico, que vaya en el espejo retrovisor de todas mis canciones.

Escribo con la bendición de los barcos que regresan de una tormenta,

escribo para que estés aquí,

y escribo para tatuar con saliva tu nombre en mi espalda.