Este año fue para mí una especie de larguísimo túnel con muy pocas antorchas sólo para alumbrar brevemente el camino de aquellos caminantes errantes como yo. Murió una de mis tías favoritas, me dolieron divisiones, pérdidas y desapegos, conocí el miedo mejor que nunca, sobreviví a la escasez y a la soledad a duras penas, y sobre todo... me rodeó el Gran Silencio (un silencio que sólo conocen los que lo hemos vivido. Puedo suponer que todos).
Me faltó visión, motivos y fe. Viví
noches oscuras del alma que me desgarraron pero que después me ayudarían a
comprender desde el suelo, que la plenitud está en mí y en cada uno de los
hijos de Dios... Lo único que falta es despertar y vernos con los ojos del
Creador.
"Consumado es", dijo
Aquél bendito sobre el madero, que fue maldito para nosotros. "Consumado
es", dos palabras que entendía pero que en realidad no estaba creyendo y
para las que estaba queriendo encontrar sustitutos como la falsa bondad, la
ansiedad, la impaciencia, la egocéntrica "fuerza de voluntad",
incluso la religión y la absurda búsqueda del "Plan de Dios" como si
fuera la piedra filosofal... cuando siempre había estado en él.
Podemos recorrer interminables
desiertos, para al final darnos cuenta que estaba en nosotros la salida. Sufrí
por falta de agua cuando ya estaba junto a ríos de agua viva. Pedía por señales
cuando la máxima señal de los tres días ya estaba dada y no necesitaba más.
Pedía por grandes maestros cuando mi Amado ya me había dicho que cosas más
grandes harían todos los que habitaran en Él.
Puedo decir que fue un año muy
especial, quizá uno de los más difíciles, pero el aprendizaje puede ser
directamente proporcional a las tribulaciones, Así que, para este cierre de
ciclos, me encontré con una gran encrucijada: o decido creer o decido no creer.
La decisión es mía. Quise la primera y sé que sólo por eso... no volveré a lastimarme
yo misma en la batalla, descansaré en los brazos del que más me ama y dejaré
que este 2015 me llene toda Su Luz.
Nada mejor que iniciar el año nuevo aferrados a la fe y esperanza en Dios.
ResponderEliminarEntrañable post.
Saludos.
Así es Jorge, gracias por tu comentario y por tu empatía
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